jueves, 24 de junio de 2010

RAZA Y CULTURA


Introducción

Tendiendo en cuenta que el tiempo que requiere una investigación es bastante amplio para poder indagar los fenómenos que permiten completar la misma y sobre todo si hablamos de conceptos muy abstractos y retorcidos, difícilmente de explicar con pocos términos, como es el concepto de raza. Y según lo anterior, quiero aclarar que el término de “investigación” que utilizo en el título hace referencia a la elaboración de un escrito en el que recojo las diferentes posturas que he podido localizar y estudiar sobre este complejo concepto. Las aportaciones de los conocimientos personales que a lo largo de mis estudios he ido desarrollando son tan importantes como las fuentes que ayudan a aclarar y establecer un guión para desarrollar este trabajo. Una vez aclarado esto, quiero hacer constar que este estudio queda alejado de los intereses ideológicos que puedan conllevar a la persuasión e invito a la contraposición para ampliar la visión a la hora de concluir, pero también quiero asegurar que la objetividad reinará a lo largo del trabajo para evitar inclinaciones relativistas innecesarias y confusas.


 
I. Problemas de objetividad

Los conceptos son los que unen a millones de seres humanos y por los cuales se crean enlaces, lazos, y valores. Si no caemos en el abismo del relativismo, podemos afirmar que existen ciertos conceptos universales por los cuales las distintas entidades en nuestro planeta pueden tener conexiones y compartir ciertas ideas para el interés mutuo. El concepto del Bien, por ejemplo, no podemos afirmarlo desde más de un punto de vista, porque sería un error considerar que cualquier ser humano no quiera para sí mismo el bien. Las interpretaciones no significan ni definen, simplemente maquillan las realidades para alcanzar objetivos materiales en cuánto se haga desde el individualismo. Las palabras gobiernan a los hombres en mundos subjetivos, crean incluso destrucción de la Historia y de la esencia del ser humano por su mal uso.


II. El refugio del egoísmo

Al igual, el concepto de raza, sin esquivar la objetividad, desde ninguna postura ideológica, ni tampoco con aportaciones personales, se debe definir en caso de que exista como tal y sea una realidad compartida universalmente. Las trampas ideológicas han causado graves crímenes inhumanos por los errores que se cometen al definir el concepto de raza y su uso para el bien personal, aprovechando la difícil fagocitación de la superioridad de entidades sobre otras.

Estas entidades incluyen en su estructura ciertos elementos de diferenciación que permiten que un grupo subordine a otro, y para ello se utilizan muchos métodos de especialización en la especie humana, unos se inclinan por la historia, otros por la cultura y hasta hoy el método más llamativo es el uso de la ciencia para explicar el comportamiento del ser humano y sus características para englobarlo en grupos claramente diferenciados, esto es a lo que denominamos la bioantropología.


III. Caminos hacia el racismo: Ciencia y Política.


La ciencia es el método de mayor importancia por el uso de la razón en sus trabajos, pero esto no quiere decir que no comete errores en su campo de trabajo. Quizás la falta de términos causa este problema y es que la falacia científica consiste en suponer un estrato biológico profundo que determine físicamente no sólo el aspecto externo, sino también imaginadas cualidades mentales y morales de las distintas razas. Estamos de acuerdo en que suponer deja de ser un método que use la razón para la afirmación de sus juicios. Este grave error que Darwin fue

incapaz de escaparse junto a la política del siglo XIX y XX fue el germen de la falacia racista. Esto está recogido en el discurso particular de Abraham Lincoln que corresponde a sus debates con Douglas (1858). Citado por Stefhen Jay en sus libro La falsa medida del hombre, cuya traducción española de Ricardo Pochtar, Barcelona 1984, pág. 18. Y dice lo siguiente:


“Existe una diferencia física entre las razas blanca y negra que, en mi opinión, impedirá siempre que ambas convivan en condiciones de igualdad social y política. Y en la medida en que no pueden vivir de esa manera, pero han de seguir juntas, una debe ocupar la posición superior y otra la inferior y yo, como cualquier otro hombre, prefiero que dicha posición sea asignada a la raza blanca”.

 
De este discurso podemos destacar dos características muy importantes: diferencia física y la posición superior. La primera como citaba se debe a estratificación biológica que se le escapa a la ciencia y crea un mito que sobrevive entre los ciudadanos de este planeta, y la última característica es el uso del concepto de superioridad y su posterior desarrollo de una jerarquía en la que el hombre blanco dominará al hombre negro. Esta superioridad que explicaremos más adelante es el disimulo moral del racismo que enmascara nuestro interés egoísta de sojuzgar al vecino.

Por tanto existe una mezcla de la falacia científica y la política que brinda la coartada responsabilidad a la naturaleza de nuestras crueldades a la naturaleza.



Hitler utilizó la misma justificación para cometer los crímenes nazis, también utilizaron el mismo argumento los europeos para la colonización, la esclavitud o el apartheid sudafricano.

Hoy en día es importante saber que los avances científicos han descartado que no haya evidencia empírica de que la distribución del patrimonio genético de los diversos grupos humanos no guarda ninguna correlación relevante con las particularidades externamente apreciables que llamamos raciales; por tanto no existe ningún fundamento científico que justifique el problema del racimo. Podríamos decir que el discurso, que a pesar de ser el héroe que luchó contra la esclavitud negra en Norteamérica, decae por su falso fundamento, hueco de razón científica.


Eliminado el mito de la superioridad biológica del hombre blanco sobre el negro de la mente de los ciudadanos, queda por resolver el problema de la superioridad científica y tecnológica de Occidente que convierte al saber en un monopolio de uso particular y discriminando al resto de los saberes de los demás pueblos.



1. Cultura

Claude Levi-Strauss, en uno de sus discursos sobre la raza citaba con un particular título; El lobo en el rebaño lo siguiente:

“Por necesario que sea preguntarse si la cultura es función de la raza, descubrimos que la raza es una de las funciones de la cultura”.

Después del fracaso de la antropología física y la genética para explicar la raza, se tiende a relacionar la biología con la cultura. Esta relación queda rechazada por el determinismo biológico y como decíamos, es una de las variantes del racismo. Visto que dentro de las mismas entidades sociales con las mismas características biológicas y físicas, existen varias culturas que se diferencian entre sí en muchos aspectos, concluimos que los caracteres biológicos y físicos son simples funciones dentro de la cultura.

Ahora bien, aquí es donde aparece el progreso, pero existe un problema con este concepto y es que es una moneda con dos caras, una de ellas es el progreso social y otra es el progreso biológico. Darwin rechazó, como la mayoría de los científicos de su época, la teoría de Lamarck, conocida por sus jirafas que sufrían cambios en su estructura fisiológica para adaptarse al mundo y poder sobrevivir. Pues Lamarck relacionaba estrechamente el progreso biológico al social. En cambio Darwin va más allá explicando este enigma recurriendo a la madre naturaleza, pues existe una selección natural que deja sobrevivir al más adaptado. En el siglo XVIII, cuna de la modernidad y el desarrollo de la noción de progreso, Voltaire y Rousseau, los iconos más rutilantes de la Ilustración francesa y faros supremos de la cultura también tuvieron el mismo problema con la explicación de progreso. Los dos tenían opiniones contrarias al respecto. Voltaire pensaba que la humanidad progresa de manera unilineal y acumulativa con el desarrollo de la ciencia y de las artes y que los salvajes y los ignorantes, que se mantenían al margen de este desarrollo, se aproximan más al ámbito de la naturaleza que al de la civilizada cultura. En lo que Voltaire llamaba civilización y progreso Rousseau sólo veía corrupción y decadencia, invocando en nombre de una actitud que hoy algunos llamarían ética ecologista, el <> de los Pueblos Salvajes, <> .

 
Se hace raro que un intelectual como lo es Voltaire utilice los concepto de salvaje e ignorante para excluir todo aquél que no aporte conocimiento y desarrollo a la sociedad en la que vive, pues se excusa de cualquier progreso común.

El Hombre tiende a guiarse por dos razones: la socialización y la aislación social o dicho de otra manera, a nivel exterior se muestra como una parte de un órgano necesario para su supervivencia y se muestra entonces el egoísmo positivo que le conduce a formar parte de esta estructura bien clara en la que se refugia como una pequeña presa asustada del depredador, el ambiente que le rodea le obliga a asumir que debe disponer de un cuidado colectivo y de una alimentación necesaria para que su cuerpo se mantenga firme, pues no es más que un hombre débil frente a la superpotencia de la naturaleza que le guía en cada momento y cada espacio para que actúe y luche con la intención de conseguir su objetivo, la supervivencia.

Otro rasgo muy importante es lo que citábamos anteriormente, el ser humano tiende a aislarse de la sociedad para comunicarse consigo mismo y proponerse sus ideas, es como una lucha interna que trata de expresar de manera que existe un ansia dentro de él que le implica que tenga un comportamiento determinado frente a otros individuos, esta separación natural se hace dentro de la esfera opaca semiconductora, desde la cual tiende a tener una visión distorsionada del exterior y educa sus reflejos para reaccionar ante esta realidad. Entendemos por reflejos, las formas que el individuo percibe de la realidad y que traduce su entendimiento, así pues dependiendo del ambiente en el que viva, percibirá las formas necesarias que su condición le obliga para su integración.

Whitehead ofreció la siguiente máxima a las ciencias naturales “Busca la simplicidad y desconfía de ella”, a las ciencias sociales podría haberles dicho “Busca la complejidad y ordénala”.

Durante la Ilustración, se percibía a la cultura como un concepto demoledor de la naturaleza humana, que se imaginaba con la naturaleza en su unidad. La naturaleza varía pues, como el universo de Newton. Visto que la naturaleza sufre cambios y que ésta obliga a que el ser humano cambie en conjunto, pues no es más que una parte de la misma.

Citando a Lovejoy que afirmaba: “todo aquello cuya inteligibilidad, verificabilidad o afirmación real esté a hombre de una edad especial, de una raza especial, de un determinado temperamento, tradición o cuya condición carece de verdad o de valor, en todo caso, no tiene importancia para un hombre razonable”.

Las diferencias entre los hombres no tienen ningún valor importante para definir al hombre en su naturaleza, porque se trata de meras condiciones adictivas a la significación natural del ser humano.

Las circunstancias de un lugar y de un tiempo determinado son las que marcan al ser humano para que tenga determinadas costumbre repetitivas y que permanecen en el árbol genealógico de las familias que viven estas marcaciones, de aquí nace el concepto de cultura que conduce al hombre a adherirse a la naturaleza y estudiar sus realidades, no existen hombres sin cultura y tampoco existirán, tampoco podrían hacerlo sin la naturaleza. Los actores sin escenario y sin un papel dejan de seres actores y pierden su esencia y su función, pero también desaparece el teatro, pues no existen los elementos necesarios que lo componen. Por tanto, la naturaleza humana está arraigada necesariamente a unas circunstancias que se reúnen en la cultura y viceversa.

Tras las concepciones de la Ilustración de percibir al hombre como un ente natural, en los siglos XIX y XX el hombre pasó a ser un animal cultural que se manifestaba en sus costumbres. Pues pasó de ser el homo natural a ser el homo cultural.



Existen mil maneras de vivir y están programadas por los códigos de la sociedad cultural, sean cualesquiera que sean estos códigos, el ser humano es el homo pensante que funciona dentro de lo social y público. El hombre necesita de éstos significantes códigos para orientarse por el mundo que se reúnen en estructuras culturales.

Claude Levi Strauss afirma que una sociedad determinada “jamás se reduce a su estructura, o mejor dicho a sus estructuras” , la sociedad no tiene una única estructura, sino que está compuesta por varias que con las formas de la sociabilidad, los grupos, y los matices de la vida colectiva forman el ser individual de las sociedades, ese ser social y a su vez íntimo.

Tomamos como partida la revolución filosófica de Kant, que individualiza un número de “constricciones” de cada uno y los aplica a una sociedad completa, para extraer las similitudes de una especie o grupo determinado, pues es un denominador común. Esto construye la cultura común o mejor dicho, las condiciones comunes que integran sus códigos de forma implícita.

Las estructuras son el conjunto de normas o leyes que explican las formas del ámbito social donde se establecen las relaciones entre cada elemento que compone los grupos. Cada elemento es diferente al igual que los grupos, que están interrelacionados y evolucionan simultáneamente.
Marx y Freud advertían, “el hombre no tiene más condición que la de establecerse en el punto de vista del sentido…” Es erróneo posicionar al hombre en una condición histórica y hacer la separación entre el ser humano en grupos: primitivos y civilizados. Este sentido no significa que se realicen separaciones desde el interior de un grupo proyectado hacia su exterior. Pensadores de la Ilustración han separado a los hombres y han establecido posiciones o rangos.

Para estar dentro de las estructuras es necesario compartir los elementos que habíamos mencionado anteriormente. Es inútil tratar de encontrar el sentido real en esta división y apuntar a los códigos o normas de grupos dentro de sus ámbitos o mejor dicho a sus culturas para definirles.



Este artículo es el capítulo II  Cultura y raza, dos conceptos en la antropología.  "Raza: ciencia, cultura y religión"


Fath El Hamzaoui

5 comentarios:

Anas I. Al- Kharat Campos dijo...

Salam

Después de leer tu artículo hay varias cosas que no logro comprender. Dices que la objetividad reinará en todo el trabajo, pero ¿Qué es la objetividad? Me resulta muy confuso este término ya que todo el mundo lo utiliza para intentar dar al lector una visión de Verdad. El objeto existe, pero la forma de mirarlo cambia según el observante y sus esquemas mentales, por tanto el erigirse como imparcial no me llega a convencer.

Recuerdo un trabajo que tuve que hacer sobre el terrorismo. Antes de empezar me puse a indagar sobre qué quiere decir en realidad el término. Encontré que no existían para nada consensos al respecto, pero entonces, ¿cómo lo podría yo definir? Estudiando la historia y evolución del término me di cuenta de que había sido utilizado y modificada su interpretación, su forma de verlo, su composición. Los términos siempre quieren hacer referencia a realidades, pero resulta que las realidades no están inmóviles, cambian continuamente. En el ejemplo concreto, antes, el terrorismo era considerado un atributo muy positivo, desde su aparición en la Revolución Francesa Roberspierre y demás teóricos lo consideraron un gran valor y una sublime forma de lucha, se siguió así considerando por el movimiento anarquista. En los escritos de Bakunin, creo recordar, también se tenía una imagen muy positiva porque era la única manera que el pueblo tenia a su alcance de luchar contra el Estado. No obstante algo que todo el mundo creía bueno resulta que posteriormente fue adquiriendo una imagen muy negativa gracias a las campañas de los Estados y demás fuerzas sociales dominantes, estas concepciones negativas del término se fueron afianzando y lograron imponerse. Ahora el término designa algo muy negativo según lo vemos nosotros. Con esto quiero decir que las realidades no existen por sí mismas, sino que nosotros las construimos, el relativismo siempre va a estar, porque el único absoluto es Dios, pero cuando hablamos de realidades sociales, políticas, terminológicas son todo construcciones que hacemos de acuerdo a nuestros valores, cultura, etc.… Con esto no quiero decir que no exista la realidad, simplemente que la interpretamos, son acercamientos a la realidad lo que intentamos y como vemos desde diferentes prismas, las soluciones serán distintas a los problemas. Refuto totalmente que existe una única idea de Bien, para nada, hay cosas que a ti pueden parecerte bien y a mi no y viceversa, si hablas de un Bien Supremo es posible pero esto queda fuera del análisis empírico.

En cuanto al trabajo creo que has confundido dos campos distintos, quieres negar una realidad para denunciar una situación de injusticia y degradación. Creo que no hace falta negar las evidencias raciales para estar en contra de la esclavitud o el racismo. A mi modo de ver las diferencias raciales, es decir accidentes, distinciones, y demás cuestiones físicas, están provocadas por la necesidad de la adaptabilidad al medio natural. Darwin no está equivocado, por ahora, científicamente hablando, pues su teoría es la más válida hasta nuestros días, otra cosa es que haya habido ideologías que se hayan sustentado en ella para cometer atrocidades. La humanidad es una sola, el género humano es uno, pero tampoco se puede negar que entre las distintas poblaciones humanas hay diferencias raciales, éstas no son construidas socialmente, sino que son evidencias físicas, lo que no quiere decir que esto sea malo ni bueno, simplemente adaptaciones al medio, al clima, al entorno, nada más. En cuanto a la cultura básicamente estoy de acuerdo, añadiendo si cabe la adaptación al medio de una sociedad entera creando usos y costumbres.

Un saludo y sigue escribiendo, espero que la gente se anime más a enriquecer el debate

Anas I. Al- Kharat Campos dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anas I. Al- Kharat Campos dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Antes de buscar comprension por vuestra raza y cultura lo que deberias aprender es a respetar a la gente, si en lugar de metir y aprovecharos de la buena gente que os da apoyo, actuarais como predicais que se os debe tratar, otro gallo cantaria.
Y ahora borra mi anuncio como haces con los demas que no te gustan, te lo he hecho llegar y se como hacerlo y hacerlos llegar al mundo.
Gente, vamos a apoyarnos entre nosotros y acabar con esta escoria!!!

Anónimo dijo...

El Hamzaoui, los grupos, las separaciones, las distinciones.. Las haceis y las creais vosotros, solo vosotros. Yo no desconfiaba hasta que me la han jugado, a partir de ahora para mi no hay conduanza solo venganza y odio.
Antes trabajaba en pro de los derechos, de vuestros derechos, ahora... Todo lo contrario.
Soy menos yo y mas tu, tu creas estas condiciones en la gente, la buena gente de a pie... Quereis promever miedo y ganar asi, solo promoveis rabia, desconfianza y asco.